La nostalgia es para mí, un hilo que se rompe en el extremo más fuerte.
Es como una ola: La cresta curvilínea, su ondulada petulancia se levanta, se enrolla... y se estrella. El consuelo final: Espuma.
Es el concepto de una uva escogida ovulando cosechas en: Sauvignon, en Chardonnay o Merlot.
Final: El cáliz, el sacerdote y el trago.
Es la herida consagrada, con la ponzoña del amor y el apego. Es esa abertura que deja en el almaen proporción ilimitada por donde se escapan: La pasión, la ira y la impotencia.
Es el campanario sin péndulo donde repica una nota exquisita de dolor. Es el rocío etéreo disfrazado de lágrima que cae sin festejos, por madrugadas lánguidas y heridas. -Que cae porque es tiempo de recordar-
Es tiempo de amilanarse al espectro furtivo del amor. Al índice de la soga y del epitafio, al extremo del sepelio; la oda de los cuchillos, la navajas y de las balas. Es tiempo de romper en mil pedazos el corazón y los poemas, las fotografías del matrimonio, lo cursi del sollozo. El epílogo de la historia. Y consagrarlo en un suicidio.
-Es la sangre de hombría que se coagula por ventrículos de desamor-*(O es la ineficacia afectiva del perro. - Por eso solo tendrá concubinas?-)*
La nostalgia para mi tiene dos componentes: la cicuta y la vasija. Más no se bebe por nostalgia, si no porque la nostalgia nos hace líquido y trizas. -Y como algunos tenemos instintos caníbales. " Nos mordemos el alma y nos bebemos el llanto"-
*Benditos los irracionales que no tienen alma, si no... hubiese un diluvio peremne de nostalgias y una mortandad de perros. *La nostalgia es para mí: Un hilo que se rompe en el extremo más fuerte...
"Muriendo dentro de una metáfora"